Esta mañana me volvió a pasar: Llegó el último día de clases de mi nena en el kinder, y yo no me ocupé de comprar ningún obsequio de agradecimiento a sus profes.
Mi conciencia de mala-madre ya se encargó de hacer su trabajo al instante: «¡Cómo no le compraste nada! Además que este es el último año en que va a ir a su escuelita, no le va a ver nunca más a estas profes, que tan bien le atendieron durante el año. ¡Qué bárbaro!»
Por su parte, mi lado Defensor de Estabilidad Emocional, me justificaba: «No es por mala ni colgada, sólo que resulta complicado acertar qué regalarles, algo que les guste, que les sirva, que se ajuste al presupuesto de fin de año donde hay más gastos de lo normal, bla, bla, bla…»
Menos mal, mi parte Optimista ya se enfocaba en solucionar el problema cuanto antes y con la mejor onda: «Qué importa, ahora tenés un tiempito de ir al super, y seguro que vas a encontrar algo hermoso.» Por supuesto que a ésta última versión de mí fue a quien le hice caso.
El plan entonces fue dejarle en el kinder a mi nena, luego ir al super y ver algo ahí, para entregarles a la salida.
Lo primero que me venía a la mente eran esas cajas listas para regalo tipo Karina Rabolini, pero podría jurar que las profes han de tener miles de esos kits, ya que suelen ser la primera solución al «regalo apurado» para muchas. Lo siento, pero hay que decirlo. Todas en algún momento recurrimos a estas hermosas (pero hartamente repetidas) cajitas.
Llegué entonces al Deli Market del Shopping del Sol y la verdad que no encontré muchas opciones de regalos que me gusten (y se ajusten a mi presupuesto, ya que son 5 profes). Estaba la famosa cajita de Karina Rabolini, pero ya dije que no quería eso. Seguí buscando y en la sección de librería me topé con unas hermosas cajas, y ahí me decidí. ¡Voy a preparar unas Happy-Boxes!
Ahora sólo había que buscar qué iría dentro. Me di unas vuelta y cargué unos chocolates Lindt y Kisses, café Juan Valdéz, cremas para manos: la clásica Nivea y una de avena Kanesia. Me gustó también un jabón «de lujo» y loción Maja. Para acomodar todo y que quede quietito dentro de la caja compré unas hermosas servilletas Lis floreadas.
Al llegar a casa, me dispuse a colocar las cositas dentro de cada caja de esta forma:
Y preparé unas tarjetitas.
Para hacer las tarjetitas a mano, suelo mirar Pinterest y así «inspirarme» en la caligrafía.
El resultado final quedó así:
Preparé 5 cajitas. El costo total fue de: Gs. 422.050, pero justo ese día (y el siguiente) habían descuentos del 15% pagando con las tarjetas de crédito premuim de Itaú, entonces me quedó en: Gs. 358.743. Serían unos Gs. 71.750 cada regalo.
Me sentí muy feliz y orgullosa de mi solución creativa, rápida y acorde al presupuesto. A las profes les encantó, y cuando le pregunté a mi hija si le gustó el regalo que les preparé, me dijo: «Sí, me gustó el regalo, pero lo que más me gustó fueron sus sonrisas». Nada más que decir. ¡Misión exitosamente cumplida!